Alex Puksô
El coche eléctrico ha supuesto una revolución, no solo para la industria del automóvil, sino también, para el desarrollo de otras muchas empresas que han visto incrementada su rentabilidad tras incorporar coches eléctricos en su parque móvil, porque la apuesta por la movilidad eléctrica transforma una organización por completo.
Sin embargo, todavía existen muchas empresas que no conocen cómo puede afectar a su rentabilidad el uso del coche eléctrico.
Así, en este post vamos a analizar la rentabilidad del vehículo eléctrico frente al de motor de combustión.
¿Qué es más rentable un coche eléctrico o de gasolina?
Al analizar la rentabilidad del vehículo eléctrico para una empresa se deben tener en cuenta aspectos económicos, operativos y sociales:
Aspectos económicos
Los factores económicos son los que determinan en mayor medida la rentabilidad del coche eléctrico para una empresa, entre ellos se encuentran:
- Menor coste de recarga: la electricidad suele ser más barata que el combustible, especialmente en la tarifa Supervalle.
- Menor coste de mantenimiento: la mecánica de los vehículos eléctricos es mucho más sencilla que la de los vehículos de combustión lo que repercute en una disminución de sus necesidades de mantenimiento y, por tanto, de su coste.
- Menor presión fiscal: Los coches eléctricos, en España, no pagan impuesto de matriculación y, en algunos casos, se bonifica gran parte del impuesto de circulación.
- Ayudas para facilitar la implantación de la movilidad eléctrica: El Gobierno de España, como parte de su estrategia para ampliar el parque móvil eléctrico y los puntos de recarga, puso en marcha el Plan Moves que cubre hasta un máximo de 50 vehículos por propietario y la instalación de puntos de carga.
- Ayudas para fomentar el autoconsumo energético: Tanto el Gobierno como las Comunidades Autónomas lanzan ayudas y subvenciones para financiar las mejoras en infraestructuras de eficiencia energética que incluyen la instalación de paneles fotovoltaicos.
Aspectos operativos
Para evaluar la rentabilidad del coche eléctrico en una empresa, también es importante analizar el impacto que puede tener en el día a día de la organización:
- Facilidad para circular por centros urbanos: ante el creciente aumento de ciudades que diseñan zonas de cero emisiones para controlar la calidad del aire, los vehículos eléctricos No están sujetos a ningún tipo de restricción, ni de circulación, ni de estacionamiento en estas zonas, por lo que benefician el desarrollo de la actividad empresarial.
- Políticas de Responsabilidad Social Corporativa: Implementar medidas que mitiguen el impacto negativo de la actividad corporativa en la sociedad y el medioambiente, aporta contenido a los planes de responsabilidad social y demuestra compromiso con las preocupaciones de la sociedad.
- Adaptación a los ritmos de trabajo de la empresa: la movilidad eléctrica supone un cambio de paradigma que implica un cambio de mentalidad en el uso de un vehículo.
Cuando se utiliza un vehículo de motor de combustión se tiene que acudir a la gasolinera como único lugar para conseguir combustible, lo que requiere reservar un tiempo que se dedicará solo a esa acción.
Sin embargo, con un coche eléctrico la electricidad necesaria para su funcionamiento se puede conseguir en casi cualquier lugar, por lo que no es necesario interrumpir la actividad, lo que se refleja en unos ritmos de trabajo más fluidos en el caso de los vehículos corporativos, y, en una mayor concordancia con el estilo de vida, si el coche pertenece a un trabajador.
Aspectos sociales:
Por último, al contemplar la rentabilidad de un coche eléctrico en una empresa, como también conviene conocer las consecuencias que esta decisión puede tener en la percepción de la organización desde el exterior:
- Mejora la imagen de marca: Los consumidores cada día buscan empresas que se alineen con sus valores para decidir apostar por los productos o servicios que ofrece. Así, los valores relacionados con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático han ido calando en la sociedad en las últimas décadas. Por ello, implantar medidas que los fomenten puede atraer a nuevos clientes.
- Mejora de la posición de mercado: Tomar decisiones antes que los competidores, otorga ventajas competitivas al convertirse en factores de diferenciación e incrementar la propuesta de valor.
- Adelanto a posibles cambios normativos: La Unión Europea tiene el objetivo de reducir las emisiones de CO₂ en un 55 % en 2030, por lo que no sería de extrañar que la recomendación del uso de vehículos eléctricos, en pocos años, se convierta en obligación, y, de nuevo, adelantarse a los competidores, coloca a una empresa en una posición ventajosa.
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