Ana García
La Unión Europea se sitúa al frente de la lucha contra el cambio climático con su compromiso de conseguir la neutralidad climática, es decir, suprimir las emisiones de carbono, en 2050. Dentro de este ambicioso plan, una de las medidas más relevantes es su apuesta por la movilidad eléctrica al pactar el fin de los coches de combustión.
Si bien muchas administraciones ya están tomando medidas para desincentivar el uso de vehículos de combustión como subidas de impuestos o la restricción de zonas por las que estos pueden circular, al tiempo que se incentivan ayudas e infraestructuras para fomentar la movilidad eléctrica entre los ciudadanos, la UE va un paso más allá.
El fin de los coches de combustión supondrá una transformación radical de la industria automovilística europea y de aquellas empresas de terceros países que deciden seguir operando en el mercado europeo, el más poblado y con mayor poder adquisitivo del mundo.
¿Cuándo será el fin de los coches de combustión?
La Comisión Europea ha presentado su plan de mayor alcance en la lucha contra el cambio climático denominado Fit for 55, entre las acciones más relevantes que se recogen en esta hoja de ruta hacia la neutralidad climática, se encuentran la prohibición de los coches de combustión en Europa en 2050.
Para lograrlo, la venta de los vehículos de diésel o gasolina, incluidos los híbridos, quedará prohibida en la Unión Europea el 1 de enero de 2035. Teniendo en cuenta que la vida útil de un coche de combustión se sitúa entre los 10 y los 15 años, se prevé que para 2050 se hayan podido sacar todos los vehículos de este tipo del parque automovilístico europeo.
Además, también se van a implementar otras medidas para impulsar el fin de los coches de combustión interna y las emisiones de carbono, como duplicar la inversión en energías renovables de cara a 2030 y continuar elevando la carga impositiva sobre los vehículos menos sostenibles con el objetivo de desincentivar su uso y, así reducir la dependencia de los combustibles.
De hecho, marcas punteras de la industria automovilística como Smart, Jaguar, Audi u Opel, entre otras ya apuestan íntegramente por sus gamas eléctricas o planean hacerlo en los próximos años.
¿Qué desafíos presenta el fin de los coches de motor de combustión?
El fin de los vehículos de combustión y los plazos tan acotados representa multitud de retos para que este cambio se pueda afrontar de manera eficiente.
En primer lugar, en lo que respecta España, la prohibición de los coches de combustión interna supone se tienen que adoptar medidas para facilitar la renovación de más de un 97% del parque automovilístico, un total de 24 millones de coches que además están al límite de su vida útil.
En segundo lugar, a las autoridades les preocupan las consecuencias que tendrá esta transformación en la industria automovilística, una de las más potentes del continente europeo, y las industrias relacionadas, en términos de destrucción de puestos de trabajo.
En tercer lugar, para poder abordar con garantías la transición hacia la movilidad eléctrica, Europa necesita incrementar drásticamente la producción de las materias primas necesarias para la producción de las baterías de los vehículos eléctricos y de la energía eléctrica que los impulsa.
Y, por último, para alcanzar los objetivos de penetración de la movilidad eléctrica en 2030, se debe incrementar de forma exponencial el número de estaciones de carga, ya que serán necesarias más de 7 millones y actualmente solo existen 350.000 la mayoría ubicadas en Alemania, Países Bajos y Francia.
¿Qué vehículos no podrán circular en 2023?
Por su parte, España también ha puesto en marcha medidas para impulsar el fin de los coches de combustión. El Gobierno ha promulgado la Ley del Cambio Climático y Transición Energética que, entre otras medidas, obliga a las ciudades de más de 50.000 habitantes a establecer áreas con Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) para mejorar la calidad del aire donde solo podrán circular los vehículos menos contaminantes.
Así, los vehículos más afectados por estas nuevas medidas son los coches que no tienen ningún tipo de distintivo medioambiental por su alto grado de contaminación. Alrededor de 4 millones de coches matriculados antes del 2000, para los de gasolina, o antes del 2006, en el caso de modelos diésel. No obstante, las autoridades pueden ampliar las restricciones a los vehículos con etiqueta medioambiental B o C, dependiendo de los niveles de contaminación.
Ante esta situación de cambios normativos para transformar el paradigma de movilidad, una de las mejores modalidades por la que apostar para cambiar tu vehículo es el renting de vehículos eléctricos. Des esta forma podrás disfrutar de los últimos modelos sin necesidad de realizar una gran inversión y así circular por los núcleos urbanos sin limitaciones.
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