Una de las repetidas dudas relacionadas con el coche eléctrico es si pueden llevar o no bola o enganche para arrastrar un remolque o caravana. La respuesta es que SI, pero tan solo en algunos modelos, sí se puede montar un enganche siempre que estén homologados para ello.
¿Cuáles son las razones de esta limitación en algunos modelos de vehículos eléctricos? Te lo explicamos todo en este artículo.
De cualquier modo, la imposibilidad de llevar remolque no afecta a todos los modelos. Es más, muchos de los coches eléctricos de última generación han superado, total o parcialmente, las limitaciones relativas al remolque.
Esta es nuestra selección de 5 modelos de coches eléctricos que incluyen la opción de llevar una bola de remolque:
Está disponible con barra y/o enganche para remolque, aunque de momento sólo es apto para un portabicicletas.
Este modelo tiene la opción de llevar bola de remolque para transportar una caravana de hasta 1000 kg.
El Tesla Model 3 puede equiparse con un enganche para remolque, que puede alojar portaesquís y bicicletas. Tiene una capacidad máxima de arrastre de 1000 kg para remolques.
Vehículo eléctrico de nueva generación que permite llevar un enganche para remolque de grandes dimensiones, hasta 1.600Kg de capacidad de arrastre.
Como el modelo anterior, permite incluir un enganche para remolque grande, de hasta 1.600Kg.
Existen dos razones principales por los que no todos los coches eléctricos están homologados para arrastrar un remolque:
Algunos modelos de coches eléctricos tienen una autonomía de la batería bastante limitada. En estos casos, si le añadimos más peso con un remolque, los km que alcanzaremos a recorrer sin recargar se reducen aún más, razón por la cual no se les permite incorporar un remolque o caravana. En este artículo te recomendamos cómo aumentar la autonomía de tu coche eléctrico.
Para encontrar el mayor obstáculo por el que no todos los modelos eléctricos o híbridos no puedan llevar remolque, debemos dirigir la vista a la ingeniería de masa.
Los paquetes de baterías no son precisamente livianos, lo que significa que muchos vehículos eléctricos pesan más que uno similar en tamaño y características, de gasolina o diésel. Veamos un ejemplo: el Volvo XC40 de gasolina tiene un peso 1.655 kg, mientras que la versión eléctrica es de 2.188 kg. Es decir, una notable diferencia de 533 kg.
Si a un vehículo ya de por sí pesado, le añadimos una masa adicional (el remolque), corremos el riesgo de sobrecargar componentes como los frenos y la transmisión, hasta el punto de impedir o comprometer su correcto funcionamiento. Obviamente, esta circunstancia podría provocar un grave problema de seguridad, siendo motivo para que, en algunos casos, no sea posible remolcar con un coche eléctrico o un híbrido.
Otro factor limitante a la hora de incorporar un remolque a un coche eléctrico o a un híbrido es el complejo sistema de frenado regenerativo que llevan incorporado. Al reducir la velocidad, el motor eléctrico de un vehículo eléctrico o híbrido actúa como un generador, devolviendo a la batería la energía que de otro modo se perdería.
El frenado regenerativo implica un frenado del motor, por lo que existe el riesgo de que el sistema se sobrecargue con la energía cinética extra generada por un remolque pesado. Esto es especialmente significativo en los descensos pronunciados y supone otro de los motivos que impiden la homologación de algunos eléctricos para poder llevar remolque.
El desarrollo de la electromovilidad está permitiendo que los coches eléctricos de última generación estén igualando o incluso superando las prestaciones de los tradicionales vehículos de combustión. Mientras que sus ventajas medioambientales, de experiencia de conducción, de sostenibilidad y de ahorro en combustible se van afianzando.
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