
Alex Puksô
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha sacado una propuesta de orden ministerial que establece el listado de instalaciones de suministro de combustibles y carburantes obligadas a instalar infraestructuras de recarga eléctrica, así como las excepciones e imposibilidades técnicas para su cumplimiento.
La normativa propuesta afectaría a las gasolineras que vendan más de cinco millones de litros de combustible al año o que tengan un "tamaño relevante" en su zona. Probablemente también afectaría a las gasolineras que están por debajo del umbral de ventas pero que no tienen rival en su zona. Es decir, si no hay ninguna gasolinera en una provincia, en una isla o en una ciudad autónoma que venda más de cinco millones de litros, la mayor gasolinera de la zona estará obligada a hacerlo.
Esto significa que, según el ministerio, más de 1.000 gasolineras tendrán que instalar puntos de recarga, salvo que entren en alguna de las excepciones, como, por ejemplo, si la estación de recarga no es técnicamente viable en el lugar. Pero también hay otra diferenciación dentro de las 1.000 gasolineras: los lugares que vendieron más de diez millones de litros de gasolina o gasóleo en 2019 (es decir, antes de los efectos de la pandemia de Corona) deberán poner en funcionamiento al menos un punto de recarga de al menos 150 kW en los próximos 21 meses, es decir, antes de febrero de 2023. Esto debería suponer unas 200 estaciones de servicio.
Las aproximadamente 800 estaciones de servicio con ventas de combustible de entre cinco y diez millones de litros (o que entran en la obligación por su peso regional) también tienen requisitos de puntos de recarga más bajos: en este caso, un punto de recarga con más de 50 kW debe estar en funcionamiento en un plazo de 27 meses (para agosto de 2023).
Además de la viabilidad técnica -ya sea por la conexión a la red o por los "requisitos de calidad y seguridad industrial"- se aplica otra excepción: la de las gasolineras que ya disponen de un punto de recarga según la normativa aplicable a su tamaño. Así, incluso una gran gasolinera que sólo disponga de un cargador de 50 kW puede verse obligada a construir un cargador de 150 kW.
Las gasolineras juegan un papel importante en la expansión de la infraestructura de recarga rápida en España: el año pasado, el grupo energético Iberdrola y el operador de gasolineras Avia ya acordaron construir 500 cargadores rápidos en 100 gasolineras en 2020, mientras que poco después, el proveedor de energía español Endesa cerró un acuerdo con la cadena de gasolineras Gasexpress. Y este mismo mes, la petrolera española Repsol ha anunciado la ampliación de su red de recarga: Se van a construir 610 puntos de recarga rápida en gasolineras de España y Portugal. Pero como estos cargadores de Repsol son 592 de 50 kW y sólo 18 conexiones HPC de 180 kW cada una, parece que Repsol tendrá que hacer ajustes aquí si se aprueba el decreto ministerial.