Crear una fábrica en Europa, ese era uno de los planes de BYD. La marca china está en expansión y está nueva factoría serviría para atender la demanda del mercado europeo. En un primer momento, la instalación estaba prevista en Reino Unido, pero el Brexit cambió todo. Esto supondrá que la planta se irá a otro país y España es uno de los candidatos.

Así lo ha indicado el propio presidente de BYD para Europa, Michael Shu, que ha declarado al diario Financial Times: "Como inversores, queremos que el país sea estable. Abrir una fábrica es una decisión de décadas. Sin Brexit, tal vez. Pero no después del Brexit”.

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Expansión en Europa

De estar en la primera posición de la lista de posibles lugares para su instalación, Reino Unido ha desaparecido y ya no está ni entre los 10 primeros clasificados. Un listado que según el propio Financial Times indica está liderado por Alemania, Francia, España, Polonia y Hungría.

El objetivo de BYD es continuar creciendo en unas ventas que se han disparado en los últimos años, pero que se han concentrado peligrosamente en un único mercado, el chino. 

Una exposición que la expansión por occidente quiere minimizar, y donde la fábrica europea será una de las claves.

 

800.000 coches al año en 2030

Según las estimaciones, el objetivo de BYD es tener una planta con capacidad para fabricar 800.000 coches eléctricos al año cuando alcance su máxima capacidad en 2030. Una cifra que podemos comparar con las 500.000 unidades a las que aspira Tesla para su gigafactory de Berlín.

Esto además nos puede dar alguna pista de las fechas estimadas para su anuncio, ya que con un plazo de construcción de dos años, y otros dos años para lograr su máxima capacidad, esto nos llevaría teóricamente a una confirmación del emplazamiento este año, comienzo de las obras a principios de 2024, apertura de las primeras líneas en 2025-2026, y máxima capacidad en 2029-2030.

Un momento clave su apertura no sólo desde el punto de vista de la creación de empleo en el país elegido, sino también supondrá una ventaja competitiva para BYD, que podrá lanzar vehículos con precios más competitivos gracias al menor coste logístico y arancelario, añadiendo además el factor de seguridad adicional ante medidas proteccionistas de los estados limitando el acceso a subsidios a los vehículos fabricados en nuestras fronteras.