Es indiscutible que Tesla es la compañía referente de vehículos eléctricos. La marca pionera en tecnología dentro de la industria automovilística, ya desarrolla estudios y puestas en escena sobre la conducción autónoma.
De hecho, la búsqueda y desarrollo de sistemas que permitan la conducción autónoma en Tesla es una de las características más destacadas de la compañía. Sin embargo, ¿cómo funciona y qué se sabe hasta el momento?
Hace tan solo dos décadas, la posibilidad de que un coche pudiera transportar a pasajeros sin que el conductor tuviese que realizar ninguna acción parecía cosa de ciencia ficción. Sin embargo, gracias a las tecnologías desarrolladas por Tesla, la conducción autónoma se está convirtiendo en una realidad cada vez más cercana al gran público.
Todos los vehículos de Tesla, posteriores a 2016, tienen integrado el sistema Full Self-Driving (FSD) que supone que todos los coches podrán adaptarse a la conducción autónoma plena en el futuro.
Por ahora, los automóviles de Tesla tienen un nivel 2 de conducción autónoma de los 6 que existen:
Como vemos, en esta escala el 0 correspondería a la ausencia total de ayudas a la conducción y el 6 a los sistemas que permitan una conducción totalmente deshumanizada.
El nivel 2 de conducción autónoma que tienen los vehículos de Tesla implica que los coches pueden actuar de forma independiente en situaciones controladas, asumiendo tareas que anteriormente realizaba el conductor o de forma simultánea para facilitar tareas asociadas a la conducción.
Todos los vehículos de Tesla están equipados con el hardware necesario para la conducción autónoma cuentan con una serie de integraciones. A continuación explicaremos el funcionamiento de cada una de ellas para ver cómo funcionan.
Las tecnologías que permiten trasladarse desde un punto a otro sin intervención del conductor son:
Permite que el coche gire, acelere y frene automáticamente dentro del carril.
Con esta función la velocidad del vehículo se adapta teniendo en cuenta la velocidad del tráfico que le rodea.
Este software sugiere cambios de carril y elige rutas para hacer más eficiente el trayecto.
Gracias a las cámaras, los sensores del sistema nuevo Tesla Vision, el autogiro permite al vehículo transitar por entornos estrechos y complejos.
Esta permite al automóvil desplazarse por entornos y plazas de aparcamiento, realizando maniobras alrededor de objetos para aparcar.
A través de ella es posible sacar y meter el coche en una plaza de aparcamiento estrecha haciendo uso de una aplicación móvil.
Funciona como un asistente de aparcamiento tanto en paralelo como en batería.
Además de las revolucionarias tecnologías orientadas a la conducción autónoma, los coches eléctricos de Tesla incluyen entre sus características estándar una serie de ayudas a la conducción activas que incrementan la seguridad de los vehículos:
Los distintos sistemas de prevención de salida del carril redirigen el automóvil para mantenerlo en el carril previsto.
Las ayudas a la conducción autónoma y el piloto automático básico que permite que el coche gire, acelere y frene automáticamente en presencia de otros vehículos o peatones en el carril, se incorporan de serie en cada automóvil.
Para acceder a las prestaciones más avanzadas se pueden añadir al pedido inicial del coche con distintos costes según el paquete de funciones deseado. Sin embargo, Tesla también ha innovado en su modelo de negocio al ofrecer la posibilidad de adquirir sus prestaciones bajo subscripción.
Así, el paquete de piloto automático mejorado en el que están incluidos la navegación en piloto automático, el cambio de carril inteligente o los asistentes de aparcamiento, se puede disfrutar por una cuota de 99 dólares mensuales.
Mientras que, el paquete más avanzado, orientado plenamente a la conducción autónoma integrado por las funcionalidades del piloto automático básico y avanzado, además de sistemas de reconocimiento y reacción ante semáforos y señales, está disponible por un pago mensual de 199 dólares.