La movilidad eléctrica avanza a gran velocidad, y con ella crece también la red de puntos de recarga. Pero no todos los cargadores son iguales. Si tienes un coche eléctrico o estás pensando en adquirir uno, seguro que te has hecho esta pregunta más de una vez: ¿cómo sé si un cargador es de carga rápida?
La respuesta no siempre es evidente, especialmente en estaciones públicas o centros comerciales donde conviven distintos tipos de cargadores. En este artículo, te damos las claves para identificar un punto de carga rápida al instante, entender cómo funcionan y evitar errores comunes.
Antes de aprender a identificar estos cargadores, conviene dejar claro qué se considera “carga rápida”.
En general:
Un cargador rápido es, por tanto, aquel que te permite cargar entre el 20% y el 80% de la batería en menos de 30 minutos.
Identificar un cargador rápido no requiere ser técnico ni experto. Solo hay que fijarse en algunos indicadores clave.
La mayoría de los puntos de carga muestran su potencia máxima. Si ves algo como “50 kW”, “100 kW” o más, estás ante un cargador rápido o ultrarrápido. Si indica “7,4 kW” o “22 kW”, se trata de carga lenta o semirrápida.
Algunos operadores incluso lo señalan en letras grandes en la carcasa del cargador, y en otros casos deberás consultarlo en su app o en una pegatina identificativa.
Consejo: Acostúmbrate a identificar visualmente los valores clave: ≥50 kW es rápido, ≥100 kW es ultrarrápido.
Los conectores son una pista visual muy clara. Los cargadores rápidos utilizan corriente continua (DC) y conectores específicos:
En cambio, los cargadores lentos usan principalmente el conector Tipo 2 (Mennekes) en corriente alterna, común en entornos domésticos o de oficina.
Los cargadores rápidos suelen tener un tamaño más robusto. Llevan pantallas táctiles grandes, ventiladores visibles, varios cables colgando y, en algunos casos, techado o marquesina.
Los cargadores lentos, en cambio, suelen parecer más sencillos: postes pequeños, sin pantalla o con una luz LED como único indicador.
Las gasolineras tradicionales están adaptando espacios para ofrecer carga rápida, con potencias de 50 kW a 350 kW. Su diseño se parece al de una estación de carga de Tesla: varios postes, pantallas grandes y alta rotación.
Aquí lo más habitual son cargadores semirrápidos, ya que se asume que estarás más tiempo dentro. Aunque algunos como Lidl o Alcampo han comenzado a instalar cargadores rápidos, revisa siempre la potencia.
En los corredores eléctricos, como la red IONITY o los Superchargers de Tesla, encontrarás cargadores ultrarrápidos que alcanzan hasta 350 kW, pensados para recargar rápidamente durante viajes largos.
Usar apps especializadas es la forma más cómoda y fiable de saber si un cargador es rápido antes de llegar. Las mejores aplicaciones son:
Todas permiten filtrar por potencia ≥50 kW, que es lo que debes buscar para asegurarte una carga rápida.
Es una pregunta clave. No todos los coches eléctricos pueden cargarse a alta potencia, incluso si el cargador lo permite.
Por ejemplo, un Tesla Model 3 puede cargar a más de 200 kW en un Supercharger, pero un Renault Zoe antiguo solo llega a 22 kW en AC.
Consulta siempre las especificaciones de tu vehículo.
Aunque parezca tentador, la carga rápida no es para usar todos los días. Tiene ventajas, pero también limitaciones:
Ventajas:
Inconvenientes:
Recomendación: Usa carga rápida solo cuando sea necesario y combina con carga doméstica o semirrápida para el día a día.
En definitiva, saber si un cargador es rápido o no puede marcar la diferencia en tus desplazamientos. Ya sea por eficiencia, ahorro de tiempo o planificación de rutas, dominar estos trucos te convierte en un conductor eléctrico más preparado.
Con solo echar un vistazo al cargador, identificar su potencia, el tipo de conector y su ubicación, podrás reconocer de inmediato si estás ante un punto de carga rápida.
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