Como confirma El Motor, durante su campaña electoral en 2020, el actual presidente de Francia, Emmanuel Macron adelantaba su plan de “desplegar una oferta asequible de vehículos eléctricos mediante unos mecanismos de leasing para ayudar a las familias con economías más modestas”. 

Este plan comenzaría a andar a partir de otoño. Sería en ese momento cuando el Gobierno francés abra el plazo de reserva para acceder a este ventajoso renting. Así, los ciudadanos podrán acceder a un vehículo eléctrico por una tarifa de 100 euros mensuales. Este anuncio lo ha hecho oficial la primera ministra Élisabeth Borne, que ha indicado esa fecha aproximada para que los ciudadanos comiencen a hacer su solicitud. Los coches eléctricos se entregarían en 2024. 

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Ayudas oficiales

Esta medida supondría una ayuda complementaria que se suma a las ayudas oficiales que ya existen a la hora de comprar un coche eléctrico. Estas ayudas se centran sobre todo en modelos populares con un precio entre los 35.000 y 40.000 euros, y que han hecho aumentar las ventas de este tipo de vehículos en el mercado galo.  

Con el nuevo plan de renting de coches eléctricos, el Gobierno francés espera poner en circulación unos 100.000 coches sin emisiones cada año. Y añade que, en los criterios de selección para optar a estos coches, se favorecerá a los profesionales sanitarios, los jóvenes y la gran mayoría de ciudadanos que, aunque quieran, por sus ingresos no pueden dar el paso al vehículo eléctrico

Se trata de una fórmula avalada por el Estado y que permitiría a los particulares acceder a un coche eléctrico por un precio razonable. Lo que hace que resulte una oferta muy atractiva.

 

Sólo coches producidos en la Unión Europea

El plan del Gobierno de Macron va más allá, porque no solo pretende ayudar a los ciudadanos a beneficiarse de la movilidad electrificada. Este plan también plantea que los coches de renting estén producidos en la Unión Europea. Una forma de proteger a la industria automovilística europea frente al crecimiento de los modelos asiáticos o americanos. 

En teoría, esta es una medida que iría a favorecer la transición energética para una mayoría de ciudadanos que no pueden pagar los costes de los vehículos eléctricos. Su ejemplo podría extenderse a otros países de Europa.

Pero está claro que todo lo que se promete en período de elecciones se queda precisamente en eso, en promesas, luego la realidad es otra cosa. No obstante, nos tenemos que quedar con el trasfondo de esta propuesta, que no deja de ser el de aceptar que la transición a la movilidad eléctrica es una realidad y los fabricantes europeos deben ir muy deprisa para poder ofrecer vehículos atractivos a corto plazo.

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