Desde hace tiempo, la movilidad eléctrica es una prioridad en los planes económicos de los distintos gobiernos. Hay que destacar que la Comisión Europea ya ha puesto fecha al fin de la venta de vehículos de gasolina, diésel e híbridos, concretamente en 2035. En España, la ley de cambio climático prohíbe su venta en 2040 y el Pacto Verde europeo establece 2050 como la fecha a partir de la cual la Unión debería ser "neutra en emisiones".
Además, la movilidad eléctrica puede contribuir a cumplir varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por las Naciones Unidas. Si quieres saber qué son los ODS y cómo la movilidad eléctrica ayuda a que se cumplan, quédate y lee este artículo.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una iniciativa global de las Naciones Unidas ideada para lograr un mundo más justo, sostenible y pacífico para todos. También conocidos como Objetivos Globales, fueron adoptados por las Naciones Unidas en 2015 como un llamamiento universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que que para el año 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad.
Los ODS son 17 y tienen como objetivo equilibrar la sostenibilidad social, económica y ambiental, priorizando el progreso. Además de acabar con la discriminación. Para lograr los 17 ODS es necesario apostar por la creatividad, el conocimiento, la tecnología y tener recursos financieros. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son:
Fin de la pobreza: erradicar la pobreza en todas sus formas sigue siendo uno de los principales desafíos a los que nos enfrentamos. Aunque el número de personas que viven en la extrema pobreza disminuyó en más de la mitad entre 1990 y 2015, aún son muchas las personas que luchan por satisfacer las necesidades más básicas.
Hambre cero: el hambre y la desnutrición siguen siendo grandes obstáculos para el desarrollo de muchos países. Se estima que 821 millones de personas sufrían desnutrición crónica en 2017 como consecuencia directa de la degradación ambiental, la sequía y la pérdida de la biodiversidad.
Salud y bienestar: a pesar de que la esperanza de vida ha aumentado y la tasa de mortalidad infantil ha disminuido drásticamente, sigue habiendo mucha desigualdad entre países. La salud es fundamental para el desarrollo de cualquier sociedad.
Educación de calidad: Desde el año 2000 se ha registrado un enorme progreso en la meta relativa a la educación primaria universal. Sin embargo, el progreso también ha sido difícil en las regiones en desarrollo debido a los altos niveles de pobreza, conflictos armados y otras emergencias. El objetivo de lograr una educación inclusiva y de calidad para todos se basa en el hecho de que la educación es uno de los motores más poderosos para garantizar el desarrollo sostenible.
Igualdad de género: Terminar con las formas de discriminación contra las mujeres y niñas no es solo un derecho humano básico, sino que además es crucial para el desarrollo sostenible.
Agua limpia y saneamiento: La escasez de agua afecta a más del 40 % de la población mundial, una cifra alarmante que probablemente crecerá con el aumento de las temperaturas globales producto del cambio climático.
Energía asequible y no contaminante: Entre los años 2000 y 2018, la cantidad de personas con acceso a energía eléctrica aumentó de 78 a 90 % y el número de personas sin energía bajó a 789 millones. Para alcanzar el ODS 7 para 2030, es necesario invertir en fuentes de energía limpia, como la solar, eólica y termal y mejorar la productividad energética.
Trabajo decente y crecimiento económico: Durante los últimos 25 años, la cantidad de trabajadores que viven en condiciones de pobreza extrema ha disminuido drásticamente, pese al impacto de la crisis económica de 2008 y las recesiones globales. En los países en desarrollo, la clase media representa hoy más del 34 % del empleo total, una cifra que casi se triplicó entre 1991 y 2015.
Industria, innovación e infraestructura: La inversión en infraestructura y la innovación son motores fundamentales del crecimiento y el desarrollo económico.
Reducción de las desigualdades: La desigualdad de ingresos ha aumentado en casi todas partes en las últimas décadas, pero a diferentes velocidades. La más baja es en Europa y la más alta es en el Medio Oriente.
Ciudades y comunidades sostenibles: No es posible lograr un desarrollo sostenible sin transformar radicalmente la forma en que construimos y administramos los espacios urbanos.
Producción y consumo responsables: La gestión eficiente de los recursos naturales compartidos y la forma en que se eliminan los desechos tóxicos y los contaminantes son vitales para lograr este objetivo.
Acción por el clima: No hay país en el mundo que no haya experimentado los efectos del cambio climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando y hoy son un 50 % superior al nivel de 1990.
Vida submarina: Los océanos del mundo, su temperatura, composición química, corrientes y vida son el motor de los sistemas globales que hacen que la Tierra sea un lugar habitable para los seres humanos.
Vida de ecosistemas terrestres: La vida humana depende tanto de la tierra como del océano para su subsistencia. La flora provee el 80 % de la alimentación humana y la agricultura representa un recurso económico y un medio de desarrollo importante.
Paz, justicia e instituciones sólidas: Sin paz, estabilidad, derechos humanos y gobernabilidad efectiva basada en el Estado de derecho, no es posible alcanzar el desarrollo sostenible.
Alianza para lograr los objetivos: Los Objetivos de Desarrollo Sostenible solo se pueden lograr con el compromiso decidido a favor de alianzas mundiales y cooperación.
Como ya hemos mencionado, la movilidad eléctrica puede hacer que se cumplan varios de los ODS, especialmente aquellos relacionados con la energía limpia, la acción climática y la reducción de la desigualdad.
En términos empresariales, la movilidad eléctrica puede ayudar a alcanzar los ODS de la siguiente manera:
La movilidad eléctrica puede reducir la contaminación del aire en las ciudades y mejorar la calidad de vida de las personas. Además, puede contribuir a la creación de una infraestructura de carga de vehículos eléctricos en las ciudades, lo que facilitará la transición a una movilidad más sostenible.
La movilidad eléctrica puede contribuir a la reducción del consumo de combustibles fósiles y la producción de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que promueve un consumo responsable y sostenible.
En conclusión, la movilidad eléctrica puede ser una herramienta importante para alcanzar varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en una empresa, al mismo tiempo que promueve una economía más sostenible y responsable.
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